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Sirva este cuento infantil como regalo de Navidad a todos los boleros y boleras.
CUÉNTAME COMO LLEGASTE HASTA AQUÍ
Erase una vez un niño llamado Antonio que vivía en Santo Tomé. Estaba celebrando el día de San Isidro con sus amigos junto a la orilla del río; de pronto, cuando fue a beber agua le llamó la atención una piedra, la sacó del río y la piedra empezó a hablarle:
- ¡Qué bien! ¿Ahora dónde estoy? Preguntó la piedra.
- Estás en Santo Tomé, ¿Y tú de dónde vienes? Le preguntó el niño.
- ¡Huy! Si te tuviera que contar por los sitios que he pasado…
- ¡Cuéntalo! ¡Cuéntalo! Insistió Antonio.
- Yo estuve muchos años en La Fresnadilla y allí celebraban el día de San Juan y los niños jugaban a los bolos; pero esos niños se fijaron en mí y dijeron:
- ¿Vamos a rodar esta piedra? Y me tiraron cantón abajo hasta llegar a un riachuelo; creo que le llamaban el Arroyo del Torno y allí empecé a rodar y rodar hasta aquí.
- ¡Pero cuéntame más! Insistió Antonio.
- Bueno, ¿y sabes cómo me llamo?
- No. Respondió el niño.
- Me llamo Lita. ¿Y tú? Preguntó la piedra.
- Yo me llamo Antonio, pero sigue contándome tu historia.
- Vale te la cuento, me ha pegado muchos porrazos, y recuerdo uno muy grande que me ocurrió en La Osera, allí conocí a Bartolo el oso. Pero no era tan malo como los niños de La Fresnadilla, tan sólo se rascaba conmigo en su espalda. Bartolo me comentó que le gustaba la miel y los madroños. Cuando había crecidas yo avanzaba bastante. Un verano llegué a Mogón, y había unos niños bañándose, pero me marearon, me cogían y me lanzaban contra otros niños, esos golpes en seco no me gustaban, pero lo bueno fue que me enseñaron a jugar a los bolos. Si no recuerdo mal los niños se llamaban: Miguel, Sergio, Juan Antonio, Cristian, Álvaro y los dos “Adrianes”. También ellos me presentaron a la ardilla Pepa, a la nutria Tina y a la garza María. Todo esto me ocurrió en la bolera de la Tocona, allí sentí algo extraño, pero no era tanto. Probé el agua del Guadalquivir y me gustó tanto que fui a parar a Arroturas. Allí conocí al cangrejo Luis y al zorro Dalí. Sentí unas explosiones muy fuertes. Luis y Loli me dijeron que estaban celebrando San Isidro.
- ¿Cómo? ¿Qué allí también se celebra? Dijo Antonio.
- Claro, como aquí, ¿sigo contándote más cosas?
- Siiiiii. Dijo él.
- Otras de mis etapas fue el paso por El Duende, allí conocí a Javi y Francisco José, que estaban aprendiendo a nadar con el barbo Lucas y la trucha Emilia.
- Ya estás llegando casi aquí. Dijo él.
- ¿Cuál será mi próximo destino? Preguntó Lita.
- Te queda La Caleruela. Dijo Antonio; sus ferias son en julio ¿llegarás a tiempo? Preguntó Antonio.
- No sé, como a mí me lleva el Guadalquivir no me importa el tiempo, sólo tengo amigos a lo largo de él.
Autor: Miguel Medina Blázquez. 5º de Primaria. Mogón. Premio del I Concurso de Narrativa Intercentros “Cuentos junto al Guadalquivir”
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